29/06/2025 - Edición Nº236

Judiciales

EDITORIAL DE DOMINGO

El juego de la “Ficha limpia” lo gana el “Culo sucio”

19/01/2025 07:47 | El proyecto no busca combatir la corrupción enquistada en los tres poderes de la República, sino seguir engañando a la comunidad una retórica tan burda como interesada.


por Fernando Somoza Especial para NA


La dirigencia partidaria ha transformado la política en un sainete, esa tradicional obra teatral de otros tiempos con tono burlesco, algo claramente de poca seriedad. Para quienes por su juventud no lo comprendan podríamos cambiar dicha adjetivación, afirmando que transformaron la política en un kilombo. Eso si lo entienden todos y buena parte coincidirá en el diagnóstico.

Para peor, en ese escenario promiscuo, promueven el engaño hacia la ciudadanía queriendo mostrar actitudes de transparencia donde no las hay y los que pocos que quedan con algo de dignidad terminan fagocitados por la chusma interesada en sus propios intereses.

Entonces aparece un presunto debate por la “ficha limpia” y el ágora se parece más a la biblia en el evangelio de Juan (para los exquisitos: capítulo 8, versículos 7-11) respecto a: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

Se intenta mostrar como un “mano pulite” lo que no es más que un rosario de afirmaciones en un proyecto de mucho fundamento y poca efectividad, como si se tratara de un menú a la carta, donde se elige puntualmente a quien se van a comer.

A más de 40 años de democracia los partidos no han podido mostrar honestidad política, terminando “en el mismo lodo todos revolcados” y por ese motivo el proyecto que acaba de firmar el presidente de la Nación para enviar al Congreso, carece de legitimidad democrática y popular y su búsqueda sólo apunta a la “caza de la bruja”, al no quedar dudas respecto a la proscripción de la Cristina Fernández de Kirchner.

La corrupción de los hombres terminó contaminado al sistema, por ese motivo será difícil de erradicar el flagelo, ya que se ha llegado a naturalizar hechos que debieran ser el anti ejemplo de la política al servicio del pueblo, lo cual no deben concebirse de otra manera.

Este sistema por el cual la “ficha limpia” propone que no podrán ocupar cargos públicos quienes tengan dos instancias condenatorias en la justicia, está completamente enviciado desde el inicio, ya que debiera servir la primera instancia para separar al presunto corrupto del cargo, hasta tanto se determine su falta de responsabilidad en el hecho denunciado.

Los tiempos de la justicia ordinaria, nos alejan de la justicia y por lo pronto no merecemos como ciudadanos seguir sosteniendo dirigentes que suman en su haber pruebas suficientes para ser apartados del cargo.

En 2017, el vicepresidente de Uruguay Raúl Sendic, que secundaba aTabaré Vázquez, renunció a su cargo al advertir que sería procesado por la justicia, tras conocerse que había usado una tarjeta de crédito de la petrolera del Estado para sus gastos personales.

Hasta hace poco el ex senador Edgardo Kueider reclamaba sus fueros luego de ser eyectado de la Cámara Alta por estar sospechado de corrupción.

Innumerables políticos argentinos han sido procesados y condenados por hechos comprobados de corrupción y todavía forman parte de las listas sábanas en cada acto eleccionario.

Ahora el proyecto de “Ficha Limpia” no apunta a esos que cuentan con el aval de la justicia, al menos por la lentitud y conveniencia de los magistrados.

La ética sigue usándose para dar lustre a las placas con los nombres de sinvergüenzas que desde hace décadas viven de los lujos que indirectamente les provee el pueblo.

La estafa es descomunal y sigue adelante por más discursos de que vinieron para “cambiar”.

La deuda de la dirigencia partidaria se nota en la economía con la incorporación de pobres, pero esa pobreza también está enquistada en los valores de quienes por acción u omisión forman parte de esa casta de la que ningún integrante está dispuesto a salir.

 

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