
Los primeros puntos de Alpine en la temporada fueron motivo de alivio para la escudería y un singular regalo para Flavio Briatore, que el sábado cumplió 75 años. Con las seis unidades que cosechó Pierre Gasly, el equipo emparejó a Sauber, y juntos cierran las posiciones en el Mundial de Constructores.
El sorprendente salto de rendimiento que ofreció el piloto francés en el circuito de Sakhir con el quinto puesto en la clasificación y la séptima posición en el clasificador en el Gran Premio de Bahréin tuvo a un socio silencioso a miles de kilómetros: Franco Colapinto. El argentino, piloto de reserva y de pruebas, ensayó un destacado trabajo en la sede de Enstone para que en la pista los neumáticos blandos tuvieran el funcionamiento que posibilitó dibujar sonrisas.
El fin de semana, la Fórmula 1 desandará su quinto episodio del calendario en Arabia Saudita y el pilarense repetirá tareas en el simulador, mientras que el estonio Paul Aron se mantendrá en el garaje como reemplazo de Gasly y de Jack Doohan, de quien se multiplican los rumores sobre su continuidad: desde que dejará la butaca a partir del Gran Premio de Emilia Romaña, a que tiene el asiento asegurado hasta el receso de mitad de año.
Los circuitos de Melbourne y de Shanghái tuvieron a Colapinto en los boxes como reserva. El japonés Ryo Hirakawa lo reemplazó en Suzuka –además tomó parte del primer entrenamiento libre en lugar de Doohan-, y ahora es el turno de Aron. Las respuestas que ofrece un piloto en el simulador son de enorme valor, desde el desarrollo del auto a las soluciones que se pueden lograr durante el fin de semana de carrera.
Al terminar las sesiones en la pista en un gran premio, pilotos e ingenieros analizan datos para descubrir recursos que permitan mejorar. Los set-up se envían a la fábrica y el equipo de simulación prueba, coteja y hace una devolución. La limitación de pruebas en la pista de los equipos realza la labor en los simuladores, que tienen una inversión millonaria para que la tecnología replique con la mayor precisión posible las modificaciones que se evaluarán luego en los circuitos. Además, el piloto que ejecuta la faena en la fábrica lo hace en salas bajo las mismas condiciones de temperatura y humedad que hay en el país donde se desarrolla la carrera.
“Le estamos pagando el sueldo para que haga su trabajo”, señaló entre risas Briatore a ESPN, acerca de cómo funcionó el tándem Colapinto-Gasly, responsables de la mejora que presentó el modelo A525 en Bahréin. “Buen trabajo de todo el equipo”, resaltó el piloto francés. Los tiempos en la Q2 y la Q3 fueron una sorpresa para el paddock: “Ni de lejos pensaba que nos dejaría a 40 centésimas del top tres y a solo tres décimas de la pole”, apuntó, quien en la última vuelta del gran premio no logró contener a Max Verstappen (Red Bull Racing), que le arrebató el sexto puesto.
La gigantesca diferencia entre la productividad de Gasly y Doohan anima el debate sobre la continuidad del australiano.
La brecha de 1s029/1000 y la pérdida de rendimiento en todos los sectores en la qualy en Sakhir –más de medio segundo en el sector 2- y el pronunciado decaimiento en el tercio final de la carrera -situación que se evidenció en Japón y que se repitió en Bahréin-, son los contratiempos que Doohan debe revertir para detener los cuestionamientos.
Desde la salida del Auto de Seguridad a la caída de la bandera a cuadros, el australiano perdió más de 20 segundos respecto de Gasly: en el primer stint, el francés se impuso por 0,544s; en el segundo, la diferencia se acortó a 0,449s y en el último creció a 0,908s.
La nueva sanción de 5 segundos –recibió dos penalizaciones en cuatro grandes premios- y la estimación por daños en el auto, una factura que asciende a 1.509.000 dólares –la cifra lo pone en la cima de los pilotos con más gastos-, otras dos señales negativas que envuelven a Doohan, que recibió igualmente respaldo del team principal, Oliver Oakes. “Mostró un ritmo prometedor durante todo el fin de semana. En la carrera tuvo más dificultades con los neumáticos duros, lo que desafortunadamente le hizo perder terreno en el último stint”, comentó el británico.
El medio especializado The Race desalienta la chance de que Doohan pierda el asiento, al menos hasta mitad de año. La especulación de una cláusula contractual que posibilitaba intercambiar de piloto titular a reserva después de la carrera en Miami, del 4 de mayo, es un eje de discusión en el paddock. La última palabra la tendrá el triunvirato que componen Briatore, Oakes y el CEO Luca de Meo, quienes tienen en la hoja de ruta a Colapinto, que tuvo su último desempeño en la pista en Monza, con un auto de 2023.
De esa prueba también participó Aron y aunque los tiempos favorecieron al argentino, en Alpine no tomaron como referencia lo que dictó el cronómetro. Por un lado, porque el pilarense y el estonio giraron en días diferentes y solamente la escudería tiene información sobre el mapa de motor y la cantidad de combustible que llevó cada uno.
Los datos que salieron a la luz, con Colapinto pulverizando al europeo por una diferencia de medio segundo en un simulacro de clasificación y una brecha un poco mayor en los stint de largo aliento, fueron desestimados por la estructura. También se relativizó el error que cometió Colapinto en la segunda vuelta de la primera tanda, donde tras bloquear en una frenada se despistó en la curva de Ascari. La salida de pista provocó daños en el piso del A523, el auto que se utiliza para los TPC (Test Previous Car), y el argentino solo completó tres de las cinco sesiones del programa.
Con la prueba en el circuito italiano, Alpine definió cómo se desempeñarían sus pilotos de reserva y pruebas en Sakhir y en Yedá: Colapinto, al simulador; Aron en el garaje. Cambiar el plan original era un desorden logístico: el vuelo de Bahréin a Arabia Saudita es de apenas dos horas y no existía una razón para ejecutar el movimiento. Los primeros puntos en el campeonato ratifican el plan.