06/05/2025 - Edición Nº182

Nacionales

EDITORIAL DE DOMINGO

La revolución odiadora de los virgos

04/05/2025 08:00 | A pura crítica hacia los demás y la propia tropa, los novatos políticos de La Libertad Avanza creen que podrán sostener el poder desde una pantalla y sin resultados a favor de los ciudadanos. El caso testigo de Junín.


por Fernando Somoza Especial para NA (*)


En 40 años de democracia, la Argentina ha pasado por la mayoría de los estadíos políticos, con resultados relativos, que la fueron acercando hacia las demás performances de desigualdad social en el mundo y particularmente Latinoamérica.

Antes de eso debimos soportar las más sangrientas y represoras dictaduras y la cancelación de cuadros completos de dirigentes asesinados o exiliados.

En qué punto la corrupción de los gobiernos militares se instaló en aquellos elegidos democráticamente, puede tener respuesta en el liberalismo que encabezó Carlos Saúl Menem, cuyos herederos, por apellido y por legado, hoy siguen en el gobierno de Javier Milei que suele honrar con discutibles adjetivaciones al ex presidente.

Para entender cómo llegamos a esto, hay que revisar las raíces y advertir que mientras en las escuelas se piden más horas de matemática y lengua, no se escuchan los reclamos por más educación cívica que es la que aportaría los conocimientos para la defensa de los derechos individuales y colectivos. Es adrede.

Por eso la aparición de numerosos “vírgenes de la política”, que llegaron conformando una alianza de la mano de dirigentes de diferente extracción que les señalaron el camino.

Y como ocurre generalmente en estos negocios, los recién llegados ahora ensayan una suerte de purificación que podría terminar con todo incendiado, ya que están desbordados de odio y fanatismo y para ello se amuchan anónimamente detrás de una pantalla de repercusión minoritaria, si no fuera por la réplica de los medios porteños a los que -casualmente- quieren exterminar.

Lo ocurrido esta semana que pasó, cuando uno de estos virgos como lo es el Gordo Dan (Daniel Parisini), subió casilleros paradójicamente en el escenario del periodismo que odia, tiene epicentro en Junín, una ciudad bonaerense adonde la política posee una abulia propia de pueblo tranquilo con cantidad de habitantes afectados de la falta de civismo.

Allí, una mujer dueña de una librería, que ya había sido noticia por echar a su empleado (en negro) por verlo participando de una movilización en reclamo por las medidas del gobierno nacional y también por enfrentar sin motivo e insultar a viva voz a un grupo de feministas reunidas en una plaza de Junín; se sintió herida por haber sido desvinculada de un grupo de whatsapp, debido a pertenecer a otra línea interna de “La Libertad Avanza” ya que según sus propios ex socios, se dedicaba a través de las redes sociales a publicar mensajes de odio que bien podrían estar penados por la Ley 23.592 si algún fiscal decidiera cumplir con su tarea.

Coleccionadora de fotos con libertarios porteños, le alcanzó con un solo tuit victimizándose, para lograr la atención de Santiago Caputo y sus allegados a las “Fuerzas del Cielo” para, en pocas horas, desplazar al referente y director del Pami Junín; que respondía a Sebastián Pareja, presidente del partido en la provincia de Buenos Aires y “armador de la estrategia” con miras a las elecciones territoriales de septiembre. Desatando una interna que más tarde o más temprano, podría provocar el peor cismo para los libertarios.

A punto tal llegan con la virginidad política y la ignorancia cívica, que creen que el odio los salvará del ocaso, cuando será precisamente el que los terminará extinguiendo.

Hace casi 2000 años, Plutarco ya decía que “el odio es una tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás” y es por ese motivo, que deberemos encontrar un freno antes del precipicio, porque la caída puede llegar a ser más dolorosa de las que ya tuvimos, aunque hayan sido varias y muy sufridas.