07/07/2025 - Edición Nº244

Provinciales

MISIONES

Crece la demanda de tratamientos por adicciones en Misiones: internaciones al límite y listas de espera

07:15 | Ángel Rauber, operador socio-terapéutico y ex consumidor, remarcó que el Centro Provincial de Prevención y Asistencia Integral para el Control de las Adicciones trabaja al límite por el aumento de la demanda. “Hay lista de espera y sobrecarga en internaciones”, advirtió.



Ángel Rauber tiene una historia que no sólo conmueve, sino que también interpela. Comenzó a consumir a los 10 años, atravesó 16 años de adicción –con la cocaína como última estación– y logró salir. Hoy, convertido en operador socio-terapéutico, trabaja en el Centro Provincial de Prevención y Asistencia Integral para el Control de las Adicciones en Posadas, donde enfrenta a diario el drama que vivió en carne propia: “Estamos abarrotados de demanda”, afirma.

Rauber considera fundamental visibilizar el tema, más allá de los casos mediáticos. En este sentido se refirió al caso del abogado misionero que falleció en situación de calle en Corrientes :“No conozco en profundidad, pero por lo que leí, fue muy grave. Yo estuve en una situación muy similar. A mí me tocó otra suerte, porque tuve la oportunidad de tratarme. Hace ocho años que dejé de consumir”, relató.

Con un enfoque que combina la experiencia personal y la formación profesional, el operador señaló que las adicciones deben abordarse como una enfermedad de salud mental, tal como lo establece la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657. “Debe tratarse de forma interdisciplinaria, con profesionales y con la familia. La familia es sostén y la base de nuestra sociedad”, subrayó.

El centro donde trabaja Rauber recibe consultas de toda la provincia. Cuenta con una modalidad de tratamiento ambulatorio, apoyo de centro de día, talleres y una internación de corto plazo que va de 20 a 30 días. Sin embargo, el cupo de 15 camas resulta insuficiente. “Tenemos listas de espera de entre 10 y 20 personas. La mayor cantidad de pedidos llega antes de los fines de semana, feriados o vacaciones, y también los lunes y martes, por recaídas”, explicó.

Frente al aumento de la demanda, Rauber remarcó que el fenómeno responde tanto al crecimiento del consumo como a una mayor visibilización del problema. “Hay un trabajo que se viene haciendo desde hace años en colegios, barrios, comunidades. Y eso tiene consecuencias. El sistema tiene que estar preparado para recibir a todas esas personas que hoy se animan a pedir asistencia”, sostuvo.

En cuanto al perfil de consumo, mencionó que volvió a incrementarse el uso de “la pedra” (pasta base) en zonas como Eldorado y San Pedro. Coincide con los reportes de otras instituciones como la Fundación Reto a la Vida, que advierten una creciente lista de espera. “La oferta de drogas está en todos lados, sea legal o ilegal. El problema está instalado, y prevenir ya no es solo una cuestión escolar, porque cuando llegamos a los adolescentes, muchas veces ya estamos tarde”, advirtió.

Internaciones involuntarias 

Rauber también opinó sobre las internaciones involuntarias, un recurso que genera controversia. “En mi caso, es difícil decir ‘me hubiese gustado’, pero me hubiese evitado muchos problemas. He visto casos que entraron como involuntarios y terminaron más comprometidos que muchos voluntarios. Si hay acompañamiento, concientización y un trabajo profundo, pueden funcionar”, opinó.

En el centro, además de la desintoxicación, se realizan talleres de formación laboral y escolarización, herramientas claves para la reconstrucción de la identidad personal. “Explorar el campo laboral, generar un proyecto, todo eso ayuda a que el proceso de recuperación sea más sólido”, explicó Rauber, quien también está por recibirse de profesor de Historia.

La historia personal de Rauber da cuenta de ese proceso: “Cuando salí del tratamiento, decidí capacitarme como operador, empecé a dar charlas, a presentar proyectos, a ayudar a otros. Eso me ayudaba a reafirmar mi propia identidad. Hoy vivo de esto y sigo formándome. Tengo un programa, un espacio virtual, desde donde también acompaño”, contó.

Para Rauber, la clave está en hablar. “La palabra adicción significa ‘sin voz’. Y eso es exactamente lo que pasa: no hablamos. Es fundamental que este tema esté sobre la mesa de los medios, las escuelas, los trabajos, las familias. Hay que romper con el estigma. No se trata de culpar a la persona o a la sustancia, sino de cambiar la relación que tenemos como sociedad con el consumo. Y eso sólo se logra hablando, visibilizando, acompañando”, expresó.

Con más personas que piden ayuda y un sistema que intenta dar respuestas, Rauber cierra con una frase tan simple como poderosa: “Somos pocos, pero se puede salir”.