
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció el 14 de agosto de 2025 el aumento del nivel de encajes bancarios, un porcentaje de depósitos que los bancos deben dejar inmovilizados, a partir del 19 del mismo mes. Desde entonces, más de 3.000 usuarios en redes sociales han compartido una imagen del ministro de Economía argentino, Luis Caputo, junto a la afirmación de que el gobierno nacional instaló un límite en la cantidad de dinero que las personas pueden retirar en el banco. Pero especialistas y la propia entidad indicaron que esta medida no afecta a los ahorristas.
"Corralito 2.0. El gobierno le pidió a los bancos que limiten la cantidad de dinero que puede retirar la gente", dice una publicación en Facebook.
"Corralito" hace referencia a cuando en diciembre de 2001 el gobierno del expresidente Fernando de la Rúa (1999-2001) restringió el acceso a los depósitos de los ahorristas frente a una corrida bancaria.
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Las publicaciones comenzaron a circular después del 14 de agosto, cuando el Banco Central dispuso que, a partir del 19, aumentaran los encajes bancarios. Estos encajes son el porcentaje de depósitos —en pesos o en dólares— que los bancos deben mantener inmovilizados. La medida alcanza a los fondos colocados en plazos fijos, cuentas corrientes o cajas de ahorro, y también a los fondos "money market", en los que suelen invertir las billeteras virtuales. Todo ese dinero debe permanecer en una cuenta corriente que las entidades financieras tienen abierta en el BCRA.
Pero esta medida alcanza a las entidades bancarias, no a sus clientes. Es decir, que cualquier persona puede disponer del dinero depositado en los bancos sin ningún tipo de restricciones.
Reverso —alianza coordinada entre Chequeado y la AFP— corroboró en la web oficial de la entidad monetaria que no existe una comunicación o circular que establezca límites para el retiro de dinero de los clientes de los bancos.
Desde el BCRA confirmaron a Reverso que "no existe ninguna normativa del Banco Central que restrinja la disposición de los ahorros por parte de los depositantes en un sistema financiero sólido".
Además, indicaron que "el aumento de encajes es una herramienta con la que cuenta el BCRA para administrar la política monetaria y, por el contrario, asegura la devolución de los depósitos por parte de las entidades ya que estos se encuentran depositados en el Banco Central".
A través de la Comunicación “A” 8302, la entidad aumentó cinco puntos (del 45% al 50%) el nivel de encajes, una medida transitoria hasta el 28 de noviembre. Además, dispuso que esos cinco puntos extra se podrán integrar con títulos públicos que se licitaron el 18 de agosto, exclusivamente para las entidades bancarias.
La medida modifica el modo de contabilizar los encajes, pasando de un promedio mensual a una medición diaria. Es decir que actualmente las entidades deberán cumplir todos los días con el nivel de encajes y no, como ocurría anteriormente, alcanzar un promedio mensual (lo que les permitía cerrar algunos días por debajo de los niveles establecidos y recuperarlos posteriormente). Además, duplica las penalidades por incumplimiento.
El 4 de agosto, el BCRA ya había aumentado al 40% los encajes bancarios de los fondos "money market" y reducido del 9% al 5% el porcentaje de encajes que los bancos podían destinar a títulos de deuda pública. Con los cambios que rigen a partir del 19 de agosto, los encajes se unifican en el 50%, 10% de los cuales podrán integrarse con deuda del Tesoro.
Martín Kalos, economista y director de la consultora Epyca, señaló a Reverso que "es absolutamente falso que las medidas del BCRA impliquen un corralito".
En su último informe, la consultoría argentina Epyca analizó que el aumento de los encajes y las licitaciones de deuda sin aviso "es algo que no gusta a los actores privados del sistema financiero”, y advirtió que “la mayor inmovilización de depósitos encarece y restringe el crédito y, por ende, perjudica un nivel de actividad que ya estaba estancado en estos meses; la contrapartida, buscada por el gobierno, es que ayuda a contener la tensión cambiaria".
En tanto, la consultora Invecq (que dirige el economista Esteban Domecq) sostuvo que "si bien la estrategia busca contener presiones cambiarias y anclar la inflación, también incrementa el riesgo de una mayor desaceleración de la actividad económica y de que el gobierno llegue a las elecciones en un escenario de elevada tensión financiera".
Esta verificación forma parte del proyecto colaborativo Reverso, coordinado por Chequeado y AFP. El material fue adaptado por AFP Factual.