
por por Fernando Somoza Especial para NA (*)
Alguna fuerza del cielo debe ser la responsable de abrir la Caja de Pandora en un gobierno que no para de mostrar las peores artes, justamente aquellas que -dijo- llegaba para eliminarlas.
Primero fue no haber removido las prebendas de la denominada casta y terminar aplicando el ajuste sobre los sectores más vulnerados, con el aditamento de hacerlo con un significativo goce por parte de seres provistos de una crueldad y falta de empatía abominables.
En segundo término, le erró en materia económica promoviendo un plan desgastado, ya fracasado con el macrismo y paradójicamente encarado por el mismo artífice que en menos de dos años generó una deuda que se llevaron los timberos de las finanzas.
Todo esto en un escenario mezclado de insultos y arrogancia, blandiendo el bastón y los gases represivos, atacando políticas que daban equidad a las minorías y pisoteando uno por uno los derechos humanos.
Claro está que semejantes personajes sin capacitación cívica y carentes de toda empatía, la cual podría haberles significado al menos una mirada hacia el otro “cercano”; terminaron traicionándose entre sí por no tener siquiera una mínima luz que les sirviera de faro para saber adónde se dirigían en esta alianza que lo único que requería era saber despreciar al de al lado.
Faltaba una plaga más que en el contexto descripto sólo requería de tiempo y llegó más temprano que tarde.
La ambición por el poder en nuestro país, está ligada a la guita, la biyuya, la moneda, la tarasca y decenas de otras acepciones para llamar al dinero en una Argentina donde los que viven del Estado lo idealizan hasta extremos insoslayables
Entonces llegó la corrupción. Primero con escaramuzas varias, renuncias y despidos en medio de las traiciones mencionadas.
$Libra disparó las alarmas, que en cadena empezaron a sonar y no se apagaron más.
Acaso una jugada del destino hizo que el área de la discapacidad, esa que el presidente despreció con su motosierra y en base a retuits contra un niño, terminara siendo el ámbito en el que su hermana –“El Jefe”- quedara enredada por audios del funcionario y amigo, pudiendo resultar desnuda de impunidad, si es que la justicia termina asumiendo su rol republicano, en el país de “Don Dinero”.
“La pastelera del Tarot” como la bautizara en sus escritos el histriónico y sagaz Jorge Asís; tiene seguramente enmarcada la carta que obtuvo hace unos años con el As de Oros y que le abrió una puerta a su “subordinado” hermano (y a ella misma) para cumplir una tarea que creyó propia de un Mesías.
Ya triunfante, la que apareció frecuentemente en las tiradas fue el siete de espadas y las traiciones no tardaron en llegar desde apenas asumido. A ésta le siguió el tres de espadas y apareció el sufrimiento, aunque parecía que se revertía con más poder.
Con las “malas nuevas” después del meme coin, es probable que el mazo haya sido guardado bajo siete llaves o que a alguien se le haya dado por esconder La Torre, para no tener malos presagios.
Igual, en base a las aptitudes, siempre queda la posibilidad de hacer un lindo budín para esconderle una lima adentro.