03/09/2025 - Edición Nº302

Política

CUANDO LA DERECHA ESTÁ EN PROBLEMAS

Una curiosa imputación en la causa Nisman

28/08/2025 09:21 | No falla. Cuando la derecha está en problemas, en este caso por los audios de Diego Spagnuolo, invariablemente saca del placard al fallecido fiscal Alberto Nisman.



Lo que ocurrió ayer es aun más insólito, porque se anunció que la exfiscal Viviana Fein y el juez Manuel De Campos fueron imputados por supuestas irregularidades en la preservación de la escena de la muerte de Nisman aquella noche del 18 de enero de 2015, o sea, hace casi 11 años. Lo asombroso es que Fein, a través de su abogado Lucio Simonetti, se presentó como imputada en la causa en diciembre de 2016, aunque nunca fue llamada a prestar declaración indagatoria. Pero siempre sirve poner sobre la mesa el expediente Nisman cuando el viento sopla en contra del oficialismo. 

La investigación del fiscal Eduardo Taiano nunca pudo avanzar ni un milímetro en la hipótesis de que Nisman fue víctima de un asesinato cometido por un supuesto comando del que no se sabe nada de nada. La ironía popular le puso todos los aditamentos: "un comando venezolano-iraní-mapuche-kirchnerista", parodiaron. De hecho, ni siquiera se sabe cómo alguien pudo haber entrado al edificio, al departamento cerrado por dentro y, menos todavía, a un baño cuya puerta quedó trabada por la cabeza de Nisman. Dado que no se encontró ninguna evidencia, Taiano --a veces convalidado por el juez Julián Ercolini-- trata de instalar sospechas sobre cuestiones colaterales: el operativo de esa noche o los diálogos por Nextel entre integrantes de la ex SIDE. Y las supuestas novedades siempre, siempre, se producen cuando el macrismo, o en este caso el mileismo, están en dificultades.

En su momento, el principal de la Policía Federal, Nicolás Vega Laiún, explicó en detalle cómo se trabajó en la escena de la muerte en esa noche de enero de 2015. El criminalista Raúl Torre suele decir que “no hay escena inmaculada desde el momento que entran uno o más médicos a ver si la persona está o no con vida”. Pero, justamente, por eso la fiscal Fein ordenó que antes del ingreso de cualquier persona, se filmara la escena desde afuera, con un stick. También se fotografió. El siguiente paso fue el ingreso del balístico, que era decisivo para evitar un accidente con el arma. Se llama “asegurar el arma”, que no se dispare. El siguiente paso fue la identificación del arma, determinar la numeración para, en todo caso, ordenar capturas rápidamente. A continuación, entró la médica legista, Gabriela Piroso, que analizó el cuerpo exteriormente para ver las lesiones, lo que, por ejemplo, llevó a dar vuelta el cuerpo. También la médica tomó la temperatura del cuerpo para estimar la hora del deceso. Como se ve, se caminó en el baño, se pisó, se tocó, con guantes. 

El procedimiento continuó con el ingreso del químico que tomó las muestras de las manos para hacer el famoso dermotest, con el que se verifica si la persona disparó o no, a partir de restos químicos en las manos. Después, entró nuevamente el balístico para desmontar el cargador y los proyectiles y determinar si había rastros ahí. Y, al final, entró el papiloscopista, los que buscan huellas digitales en la escena. Se espolvorea un reactivo que de inmediato le permite detectar dónde hay huellas y cuáles pueden ser completas. Parte de éste último trabajo se hizo sin guantes porque levantar las huellas requiere de pegar una especie de cinta scotch de manera muy perfecta para que el rastro quede impregnado. Las normas de este tipo de operativo son más bien internacionales. 

En el informe oficial de la Policía Federal del 26 de enero de 2015, que consta a fojas 842 de la causa, queda claro que se buscaron huellas de Nisman, su mamá, Sara Garfunkel, el informático Diego Lagomarsino y la empleada doméstica Gladys Gallardo. En total se encontraron 11 rastros, pero que no son nítidos, de manera que no se pudo determinar a quién pertenecían. Había una huella de Nisman en el picaporte interno de la puerta de servicio y otra en el celular Motorola que estaba en la habitación más próxima. Lo cierto es que no se encontró ningún rastro de pelea ni nada desacomodado en todo el departamento y en la revisión de las 80 cámaras que funcionaban en el complejo --en total eran 101 de las cuales 21 no funcionaban-- no se detectó que ingresara ninguna persona no identificada o extraña.

Según señaló el diario Clarín ayer, la imputación contra Fein y De Campos es porque permitieron que ingrese demasiada gente al departamento e incluso que no pusieron una custodia adecuada en el edificio. Hasta la querella, que en aquel momento protagonizó la exesposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, dejó por escrito que la escena no fue alterada y propuso decenas de medidas sobre el caso, en especial un estudio decisivo sobre cómo y adónde cayeron las gotas de sangre que produjo el disparo. En el equipo contratado por Arroyo Salgado estaba el conocido forense Osvaldo Raffo y el exjefe de la Bonaerense, Daniel Salcedo. Sin embargo, la Junta Criminalística convocada por entonces por la fiscal Fein concluyó que no había ninguna otra persona en el baño en el momento del disparo. O sea, Nisman se disparó a sí mismo. 

Ante la ausencia de pruebas que pudieran sostener aunque sea mínimamente la hipótesis del homicidio, Taiano se dedicó a citar a agentes de inteligencia de la época, sin resultado alguno. En los próximos meses irá por supuestos efectivos del área de inteligencia del Ejército, para ver si puede presentar alguna imputación contra el exjefe --que ya no lo era en la época de la muerte de Nisman-- César Milani.

Aunque se trata de reescribir la historia señalando que Fein fue apartada del caso cuando empezó a investigar a los agentes de inteligencia, la realidad es que hubo una presión política para sacarla del expediente porque ella señaló una y otra vez “no tengo ningún elemento que me indique que Alberto Nisman fue víctima de un homicidio”. Y en esa postura se mantuvo inflexible hasta que se jubiló. El macrismo, que utilizó el caso Nisman contra el peronismo, jugaba --y juega-- de local en Comodoro Py, por lo cual puso toda la presión para sacarle la causa a Fein y trasladarla al fuero federal, o sea al edificio de Retiro.

La utilización política, como se ve, continúa hasta hoy. Sólo que actualmente más bien parece un chiste. Tras casi once años, cuando las papas queman por los audios de Spagnuolo, sacaron de la galera una imputación que existe casi desde el principio y no tiene relación alguna con la propia muerte de Nisman.