
De pronto, a finales del año pasado, la empresa Molinos Río de la Plata, gigante de la industria alimenticia local, comenzó a recibir airadas quejas de clientes que cuestionaban la pésima calidad del aceite Cocinero que habían adquirido en diferentes locales de distribución.
Les resultó raro que fuera tan, tan malo. Lo primero que se detectó es que en lugar de ser ciento por ciento de refinado de girasol, el fluido contenía 70% de aceite de soja y 30%, de la clásica oleaginosa. Y era, además, de baja calidad.
Lo siguiente que comprobaron fue que las botellas no habían salido de la planta de Molinos, sino que eran una imitación y provenían de algún otro lado. Era, en otras palabras, aceite Cocinero trucho.
En las últimas horas, la Justicia, tras haber allanado varios comercios en los que se vendían las botellas de 1,5 litros de imitación, ubicó los sitios de producción. Uno de ellos, una vivienda precaria de la localidad de José Mármol, en el partido de Almirante Brown, donde en casi nulas condiciones de higiene se envasaba el aceite suelto que luego era vendido como “bueno”.
Precarias instalaciones donde se envasaba aceite Cocinero trucho
La compañía denunció ante la Justicia el hecho, que representaba no solo un fraude marcario sino, además, un peligro a la salud pública. La causa recayó en la Fiscalía Federal N°2 de Lomas de Zamora, a cargo de Cecilia Incardona, que caratuló el expediente como infracción a la Ley de Marcas y venta de sustancias alimenticias peligrosas y encomendó la pesquisa a la División Unidad Operativa Federal (DUOF) de Ezeiza, de la Policía Federal Argentina.
La idea era seguir el rastro hacia el productor clandestino a partir de las bocas de venta. De la investigación surgió que el proveedor adquiría aceite mezcla suelto y lo envasaba en condiciones precarias en el fondo de una vivienda de José Mármol para su posterior venta al por mayor.
El avance de la pesquisa tuvo uno de sus hitos el viernes, cuando la Justicia ordenó sendos allanamientos en domicilios de José Mármol y de Villa Celina, en La Matanza, donde se secuestraron envases y una mezcla de aceites que eran comercializados como si fuera aceite de girasol de la marca “Cocinero”.
La policía confiscó un tambor con 1000 litros de aceite suelto, un camión, envases, tapas y etiquetas con la marca “Cocinero”, junto a elementos para el embalaje y maquinarias para concretar las imitaciones. En un comercio de Villa Celina fueron incautados cerca de mil envases con el aceite falsificado.
Camión usado para el transporte del aceite Cocinero trucho (fiscales.gob.ar)
Luego de los procedimientos, dos personas -un hombre y una mujer-, fueron notificados formalmente de que quedaron imputadas en el marco de una causa por infracción a la Ley 22.362 de Marcas y venta de sustancias alimenticias peligrosas disimulando su carácter nocivo (artículo 201 del Código Penal), según informó el Ministerio Público en su portal fiscales.gob.ar.